Por: Gicela
Moreno
¿Respira la
Tierra? ¿A quién puede ocurrírsele eso si el hombre puede… vivir...sin aire?
Tal
pareciera ser éste el razonamiento de mucha gente, que desafortunadamente desconoce
sobre los fenómenos naturales, motivo por el cual no se detienen (¿o será que
no les interesa?) a reflexionar sobre la importancia de este proceso, tan indispensable
para la vida de nuestro planeta, y del cual depende nuestra propia existencia.
La Tierra respira y aquí veremos cómo lo hace.
Respiración según la NASA
La
mecánica de respiración de la Tierra
podría compararse al funcionamiento de un gran pulmón (imagina que lo
observáramos a través de un monitor gigante), de acuerdo con los
descubrimientos obtenidos por científicos de la NASA, respecto al comportamiento
de nuestro planeta, visto desde las órbitas satelitales.
En efecto,
dentro del marco de la Reunión Anual de
la Unión Geofísica Americana, los científicos dieron a conocer que, según sus
estudios, los flujos solares o viento solar provocan calentamiento periódico en
la atmósfera superior de la Tierra, mismo que provoca fluctuaciones en sus
gases y su temperatura, lo que da lugar a expansiones y contracciones en su volumen;
este comportamiento es similar a lo que hace justamente el pulmón de un ser
humano.
CO2 + O2… el
ciclo vital
Algo muy, muy
importante para todos los seres vivos es saber: ¿Cómo es que respiramos quienes
habitamos el planeta? ¿Qué mecanismo utiliza la Tierra para proveernos de este
beneficio?
Esquema:
Flujo de los gases entre la atmósfera y seres vivos
La respuesta
es tan simple, como frágil el equilibrio que lo hace posible: CO2 (Bióxido
de Carbono) y O2 (Oxígeno), estos dos preciosos gases son los
artífices de la vida en el planeta, ambos se mantienen en un equilibrio
constante dentro de la atmósfera, circulando de ésta a los seres vivos y de éstos
a la atmósfera. Los animales son
consumidores de O2 y producen mucho CO2, mientras que las
plantas son capturadoras de CO2 y productoras inigualables de O2.
La naturaleza provee las condiciones para mantener un justo equilibrio, dentro
del cual éstos 2 gases se encuentran circulando entre la atmósfera (el aire que
respiramos) y la biomasa terrestre (el
conjunto de seres animales y la enorme alfombra verde de árboles y plantas del
planeta).
Conocer este
mecanismo natural tan sencillo y elemental, es una de las prioridades que debe
tener todo ser racional para entender cómo cuidar su planeta: los mecanismos
con que nos brinda la vida y los elementos que utiliza para lograrlo.
¿Humo vivificante?
Esto debe sacudirnos para lograr
entender la angustiante importancia que tienen las plantas verdes y sus comunidades
(bosques y selvas, manglares y chaparrales), para nuestro proceso respiratorio.
Su conjunto es literalmente el pulmón de la Tierra.
Por eso es
incomprensible cuando conocemos de personas que se obstinan en desaparecer
selvas, talar árboles, quemar malezas y sembradíos, provocar incendios,
etcétera, pues tal pareciera que consideraran al humo (CO2) como un
elemento vivificante. Entendámoslo, cada bocanada de humo (CO2),
cada nube de este gas que provocamos y mandamos a la atmósfera, rompe el
balance del volumen O2-CO2, agravado esto por la
alarmante disminución de zonas verdes, lo que está provocando un aumento en los
niveles de este gas (CO2) en el planeta y que está provocando un
daño que será irreversible donde las consecuencias las pagaremos todos, especialmente las siguientes
generaciones.
Referencias:
Sanz E.,”
La Tierra también
respira”,
muyinteresante.com, (16-diciembre-2008)< http://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/la-tierra-tambien-respira>,
(16-septiembre-2014).
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